Una inoportuna
dolencia me ha obligado a guardar reposo durante dos semanas dándome tiempo más
que suficiente para escuchar diversas intervenciones y debates de los
candidatos a Presidente del Gobierno en las próximas elecciones del día 20 de
Diciembre e informarme parcialmente de los contenidos de los programas electorales
con que concurren a dichas elecciones. También me ha permitido recordar que
sólo hace dos años, los arquitectos estábamos, por una vez, unidos en defensa de nuestra profesión y de la Arquitectura,
luchando denodadamente contra el anteproyecto la Ley de Servicios
Profesionales: parecía que finalmente abandonábamos nuestras torres de marfil
para, luego de entonar un mea culpa, ponernos al servicio de la sociedad contra
esa nueva agresión. Y de repente, cruzando ambos pensamientos, me di cuenta de
la realidad: la desaparición absoluta de dicha cuestión profesional de nuestra realidad cotidiana en el momento en que más debía debatirse tanto por parte de
los políticos como por la nuestra. ¿En qué ha quedado todo esto?¿Cuál es la
idea que llevan en este tema los diferentes partidos políticos?¿Qué están
haciendo nuestras organizaciones profesionales para que los políticos definan
qué pretenden hacer en la próxima legislatura en materia de arquitectura y
servicios profesionales? No se sabe nada, no se oye nada, no se dice nada. Y
aunque quizás en algún programa electoral se haga alguna referencia a ello, yo
carezco de esa información, pero como no cesan de pedir mi voto por activa y
por pasiva, me permito dirigirme a los candidatos y decirles
CANDIDATOS: YO, ARQUITECTO, TENGO UNAS PREGUNTAS PARA USTEDES
CANDIDATOS: YO, ARQUITECTO, TENGO UNAS PREGUNTAS PARA USTEDES
Ya sé que el tema de la Arquitectura y la
organización de la profesión no es primordial para la mayor parte de los
ciudadanos, que bastante tienen con lo que tienen. Pero para mí, y muchos arquitectos
como yo, es lo que tenemos y por tanto es vital: pequeños despachos que, tras
resistir la crisis, carecemos donde caernos muertos y que estamos deseando ver
una pequeña luz en el horizonte profesional para autoconvencernos de que aun
existe un futuro digno, aunque cómo sea éste, por nuestra edad, sea cada vez
más evidente de vislumbrar.
A pesar de que la
situación en la que se encuentra el país es, a mi juicio, muy delicada en lo
económico, ético, social y territorial, la
conclusión que saco de todo el debate que he podido observar desde mi estado
convaleciente es que parece preocupar más la pose de los políticos ante las
cámaras, la escuela de interpretación de cada candidato o su forma de vestir
jugando al dominó, que el análisis riguroso de la realidad y la descripción de
las recetas con las que cada formación pretende sacar al país del atolladero en
que se encuentra. ¡Parece que quieran ganar el premio Oscar al mejor
actor...secundario! Les oyes hablar y, salvo honrosa excepción, sólo percibes
un "y tú más", un "si me votas te bajaré el IRPF" o un "recuerda
los logros conseguidos hace varias legislaturas". ¡Cantos de sirena y
rancias promesas nuevas que, de conocidas, suenan a chiste malo! Yo quiero oír
diagnósticos razonados y tratamientos pormenorizados para los problemas; un
"voy a hacer esto y lo otro; y para ello, en tal plazo de tiempo, cambiaré
eso y lo sustituiré por aquello y lo de más allá¡ ¡Y si no lo consigo, asumiré
mi responsabilidad y me iré! ¡Ah, la responsabilidad: a un arquitecto se le
puede meter una demanda por una fisura en un tabique, a la postre sin
importancia; un político puede llevar un país a la ruina y una vez fuera de su
puesto seguir cobrando una cantidad millonaria!
Por otra parte, el
colectivo profesional de arquitectos, y sus organizaciones, parece haber
olvidado todo lo que hemos sufrido en esta legislatura: la agudización de la
crisis; el cierre de despachos; la emigración en búsqueda de trabajo; la
explotación de los jóvenes, y no tan jóvenes, por parte de estudios de
arquitectura y empresas sin escrúpulos; la caída de ingresos profesionales a
niveles insoportables; los honorarios basura; la lucha con profesionales
técnicos menos cualificados en nuevos nichos de trabajo a los que se les ha
permitido acceder en nombre, no de la calidad sino de la santa competencia; la
lucha contra el anteproyecto de ley de Servicios Profesionales; la crisis de
los Colegios Profesionales. ¡Sí! Por alguna razón hemos olvidado todas las
amenazas que se ciernen sobre la profesión, no sé si por un ilusorio leve
repunte de la actividad en este último año o porque, en el fondo, lo que nos
gusta es cocinar cupcakes de diseño "miesiano". ¿Acaso creemos que
todos los problemas han desaparecido por arte de magia?¿Tan ilusos somos que
pensamos que con lo hecho hasta ahora ya hay suficiente y que la clase política,
las élites neoliberales económicas y otras profesiones acechantes han entrado
en razón y van a dejar que todo siga como hasta la fecha?¡Pero si los más
sensatos de los arquitectos también
piensan que como hasta ahora no se puede seguir! ¡Parece que no hayamos
aprendido nada!
Por eso, y porque
salvo en políticas de vivienda y energía
no he oído a ninguna organización política hablar de Arquitectura y
arquitectos, quisiera lanzar al aire algunas preguntas dirigidas a todos los
candidatos, dos, cuatro, nueve, o los que sean, cuyas respuestas deberían
orientarme, como arquitecto, sobre quién merecería mi voto. Supongo que algunos
candidatos desconocerán todo sobre nuestra profesión, que algunas respuestas
podrían ser del tipo "la arquitectura es una gran profesión y los
arquitectos muy arquitectos y mucho arquitectos" pero caso de que las
diferentes cuestiones fueran respondidas, ayudarían a que todos nos situásemos
mejor en el trance que el próximo día 20 hemos de resolver: las elecciones.
He ahí mis
preguntas:
Señor candidato:
- ¿Qué es para usted la Arquitectura?
- ¿Podría diferenciar entre Arquitectura y Construcción?
- ¿Ha oído hablar la función social de la Arquitectura? ¿Cuál es?
- ¿Cuál es el papel del arquitecto en una sociedad avanzada del siglo XXI?
- ¿Cree que la arquitectura española y sus arquitectos influyen en la marca España?
- ¿Sabe cuántos arquitectos hay en España? ¿Son muchos o pocos?
- ¿Cuánto gana un arquitecto?¿Sabe cuántos arquitectos viven de su profesión en España?
- ¿Cree necesaria la existencia de una Ley de Servicios Profesionales? ¿En qué términos?
- ¿Cuál debería ser la relación entre los agentes técnicos que intervienen en el mundo de la construcción y como debería regularse esa relación?
- ¿Qué papel deben jugar los Colegios Profesionales en la sociedad actual?¿Tienen sentido?
Estas son algunas
de las preguntas que se me ocurren. Podrían ser muchas más, pero prefiero que
seas tú, amable lector, quien las formule, añadiéndolas en los comentarios a
este escrito. ¿Te imaginas que alguno de los candidatos respondiera?
Hola Javier,
ResponderEliminarPuedo suscribir cada una de tus palabras con las que me siento identificado, quizás sea porque compartimos edades parecidas, tipo de estudio, etc.....
Yo añadiría otra pregunta: ¿Porque otros países europeos cuidan a sus profesionales y aquí la intención es reducirlos a su mínima expresión, sino anularlos?
Aunque quizá los de la energías renovables se estén haciendo la misma pregunta. Igual hasta tenemos razones comunes.
A propósito de la LSP, me gustaría comentar unos puntos (probablemente me quedaré corto):
ResponderEliminar- Es una medida de liberación de mercado propia de políticas neoliberales, desde mi punto de vista asociada a partidos como PP, Ciudadanos, PNV o CiU (Ahora CDC y Unió), UPN, UPyD etc, partidos que forman parte en el Parlamento Europeo de los grupos populares europeos (PP, Unió), grupo de liberales europeos ALDE (CDC, C's, UPyD, PNV), etc, que son los que suelen promover las políticas liberales que vienen de Europa. Lo digo porque muchas veces la excusa par aplicar ciertas políticas es "que lo manda Europa".
- La LSP se dejó en el tintero en esta legislatura. Uno de los factores creo que fué nuestra presión y otro creo que fue que si lo hubiera llevado a cabo o aprobado un solo partido político en solitario y en mayoría absoluta, hubiera sido escandaloso.
- No sé lo que ocurrirá en la próxima legislatura, pero no puedo evitar tener miedo de que en lugar de un solo partido liberal en mayoría absoluta, nos encontremos con gobierno de dos partidos liberales que juntos sumen una mayoría absoluta y que ya no tengan la excusa de que (la LSP) sea una propuesta llevada a cabo por un solo partido político.
- Por último, quiero resaltar que es típico que en las filas de partidos políticos y más concretamente ocupando plazas de diputados (o ministros) se encuentre, aparte de licenciados en derecho o médicos, ingenieros de varias ramas (industrial, caminos, etc.) y lo raro es encontrar arquitectos. Es una lástima, ya que así se hace más complicado todavía defender a un colectivo.
Un saludo.
Como arquitecto licenciado recientemente me encontré con dos escenarios. En el primero era estar en España con unos gastos fijos anuales de 4000€ para ser arquitecto en un marco en el que en papel, tenemos la exclusividad para diseñar viviendas pero que la práctica no es cierto porque muchos compañeros firman proyectos de otros profesionales y todos lo sabemos. El otro escenario era Reino Unido donde ser arquitecto me cuesta 400€ al año. Para qué quiero pagar 1600€ por una exclusividad que nisiquiera funciona!! ¿Es posible un escenario donde conservar las atribuciones y no pagar tantísimo por conseguir defenderlas? No lo sé. Por ahora en España tenéis lo peor de las dos cuestiones. (Nota: gastos incluyen cotizaciones, registros obligatorios -colegio-, seguros profesionales, etc)
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